jueves, 21 de diciembre de 2017

Maestras Budistas Contemporáneas

 Sunya Kjolhede  sensei comenzó a practicar budismo Zen con el conocido roshi Philip Kapleau en el Rochester Zen Center en 1970.
A lo largo de los años paso de ser una practicante decidida a una discípula. Mientras continuaba con el estudio del Dharma y su entrenamiento, desempeñaba el rol de mamá de sus cuatro hijos, dejando tiemplo extra para trabajos con niños en centros hospitalarios.
En el mes de agosto de 1995, recibió la transmisión del Dharma de su maestro Kapleau y junto a su esposo Lawson Sachter (también heredero de Dharma de Philip Kapleau), más tarde juntos fundaron la  Windhorse Zen Community.
Sensei Sunya han practicado Zen durante más de 45 años, y han realizado sesshins, conferencias y talleres en los Estados Unidos, México y en el extranjero. Junto con estas actividades viaja regularmente a Polonia, donde se desempeña como directora espiritual del Centro Zen Bodhidharma, una comunidad Zen polaca fundada por Roshi Kapleau en 1975.
Sunya y su esposo Lawson están casados ​​y tienen cuatro hijos adultos y cinco nietos.
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El siguiente texto es la traducción al español de "Qiyuan Gives Birth" con comentarios de Sunya sensei del libro The Hidden Lamp (Stories from Twenty-five Centuries of Awakened Women) editado por F. Caplow y S. Moon.
Qiyuan da a luz
El maestro Shiche le preguntó a su discípula, la monja Qiyuan Xinggang, “La naturaleza de Buda no es ilusoria. ¿Cómo era cuando estabas nutriendo al embrión espiritual?”
Qiyuan respondió, “Se siente congelado, profundo y solitario”.
Siche dijo, “Cuando diste a luz al embrión, ¿Cómo fue?”.
Qiyuan dijo, “Fue como estar completamente desnuda.”
Siche dijo, “Cuando conociste al Buddha, ¿Cómo fue?”
Qiyuan dijo “Aproveché la oportunidad de conocerlo cara a cara”
Shiche respondió, “¡Bien! ¡Bien! Tú serás un modelo de otros en el futuro”.
REFLEXION DE SUNYA KYOLHEDE


Cuando leí por primera vez este dialogo entre Shiche y Qiyuan, con la potente frase “nutriendo al embrión espiritual”, algunas experiencias del pasado asaltaron mi mente inmediatamente.

En mi primera sesshin, cuando tenía diecinueve años, súbitamente me sentí como si fuese envuelta en un misterioso proceso de nacimiento. Acababa de comenzar a trabajar con el koan “Mu” (El caso 1 de La Barrera sin Puerta), que de alguna forma Mu – de hecho, todo el universo - parecía haberse concentrado en su totalidad en mi propio vientre y estar girando a su alrededor. De un modo específicamente físico sentía que algo estaba intentando nacer a través de mí. En ese entonces no tenía idea qué estaba sucediendo. Era una experiencia intensa y confusa particularmente para alguien tan inmadura y carente de instinto maternal.

Tal vez porque me pareció tan extraño, nunca lo mencioné a mi maestro, Philip Kapleau, en nuestros
dokusans rápidos (entrevistas privadas Dharma). No había nada como esto en las prometedoras historias de iluminación que había leído. Aunque sí podía expresar qué era lo que estaba sintiendo, nunca se me ocurrió que algún hombre lo relacionase con ello. Y sin embargo, mirando hacia atrás creo que el Roshi hubiese comprendido. Qué metáfora perfecta para la práctica Zen: ¡dar a luz al Nonacido, A nuestro propio Sin ego!

“Nutriendo al embrión espiritual” una frase adoptada de las enseñanzas Taoistas que ha sido usada en el Zen por largo tiempo y que hace referencia a la profundización y maduración de la práctica. Sin embargo, otros pudieron haberla usado, para muchas mujeres, una imagen como esta es más accesible que el tradicional consejo de “atravesar a Mu como si fueses una perforadora de hierro”, o las supuestas palabras de Buda, “Es como un hombre fuerte presionando hacia abajo sobre otro más débil”

Recuerdo el punto de inflexión, en otro sesshin de siete días en el que reconocí que ninguna de estas imágenes tan masculinas estaba siendo efectiva en mí. Fue entonces cuando tuve la confianza para apartarlas a todas y encontrar mi propia forma. Reconocí que trabajar con Mu, era como rendirse y fundirse con un amante. Permitiendo que Mu camine, permitiendo que Mu coma, permitiendo que Mu haga todo… Repentinamente la práctica se abrió, cambiando a algo vivo, sustancioso e intensamente íntimo.

Por otra parte, la respuesta de Qiyuan a su maestro: “Se sentía congelado, profundo y solitario”. Cualquiera que, aunque solo por un momento se haya encontrado a sí misma en la oscuridad radiante de la meditación reconocerá al momento qué es lo que esta monja expresa con estas pocas, pero potentes palabras. “Congelado, profundo y solitario” hermosos indicios del estado donde la mente se encuentra si misma empujada hacia el mismo corazón del universo. Como un cuerpo celestial dejando su órbita familiar y entrando al campo gravitacional de un enorme planeta. Solamente la respiración, solamente Mu. Todo el sentido de “mí mismo” y el mundo de “ahí fuera” se quema al contacto con este poderoso campo de fuerza.

A través de la práctica sincera nos hacemos más y más simples, claros y vacíos. Como una gran escoba, la práctica misma barre directamente sobre las motivaciones contaminadas de nuestro ego, limpiando nuestros corazones y nuestras mentes. Fui a cada sesshin que pude en aquel primer año. Entonces, temprano en la última mañana de una sesshin de una semana de duración, luego de trabajar en Mu durante la noche, me encontré a mí misma en dokusan, sintiéndome en la “completa desnudez del despojo”. Recuerdo que estando aturdida le pregunté a mi maestro, “Realmente, ¿puede ser tan sencillo?”. Me refería a “sencillo” como “obvio”, más aún, en el sentido de “nada especial”. ¡Solamente entonces me di cuenta cuan intensamente había esperado y anhelado algo glorioso, algo para gritar, un distintivo de excelencia! -

Aquella tarde, al momento del sonido de la última campanada anunciando el final del último dokusan de la sesshin, Mu se abrió de par en par. Nada volvería nuevamente a ser lo mismo. Así como más tarde lo experimenté cuando di a luz a mis hijos, tú debes simplemente dejar de estorbar y dejar que el gran misterio se desenvuelva. En un sentido, todos estamos preñados de esta maravillosa naturaleza de buda. Pero paradójicamente hasta que no le permitamos que se manifieste completamente a través de nosotros, permanecerá solamente como un embrión, solamente un potencial.

Y una vez que tengamos al menos un destello de esta verdad, toda nuestra vida se convierte en una oportunidad para “conocerlo cara a cara”. Pasando por la cola del cajero de un supermercado, haciendo senderismo con niños en el bosque, saludando la salida del sol, cocinando al vapor los vegetales, sentando en zazen… ¿Aprovecharemos estas oportunidades o no? Todo depende de cómo respondamos esta pregunta, no con palabras y explicaciones, sino con todo nuestro ser, momento a momento.


Agradecimientos
Sensei Daniel Terragno - Maru Gil - Guillermo Stilstein
Referencias
http://clearwaterzencenter.org/default.html
http://windhorsezencom.blogspot.com.ar/
                                                                                                           Adriana Etsuho

jueves, 9 de noviembre de 2017

Maestras Budistas Contemporáneas

Joan Sutherland es una maestra budista zen que nació en Los Ángeles, California en 1954 que actualmente vive en Santa Fe, Nuevo México.

Estudió artes y lenguas asiáticas en la UCLA obteniendo una maestría pero más tarde su interés se orientó hacia la investigación y desarrollo de la práctica a través del Koan.

Practicó y estudió bajo la dirección el roshi John Tarrant con quien a fines de los años 90 fundó " Pacific Zen School" una escuela occidental dedicada al estudio de los koans.

La filial que está a su cargo, "Open Source", respeta el estilo original de koan chino, enfatiza la integración de la investigación de koan con las vidas contemporáneas, explora la práctica del koan en forma comunitaria e individual, resalta las contribuciones de las mujeres a la tradición koan, busca desarrollar un cuerpo de koans occidentales, entre otros intereses.

El siguiente es un pasaje de una de sus enseñanzas sobre la iluminación
 “(…) Esta es la historia transmitida a través del Dharma: la iluminación es nuestra naturaleza original y nuestro verdadero hogar, pero las complicaciones de la vida humana nos hacen olvidarlo. Este olvido es vivido como un exilio, y creamos estructuras complejas de hábitos, creencias y estrategias para defendernos de esta soledad. Pero esta condición tiene salida, es posible desmantelar estas estructuras para que podamos regresar de un exilio que siempre ha sido ilusorio a un hogar que siempre ha estado aquí, bajo nuestros pies.
Para muchos de nosotros, hay algo que nos empuja y algo que nos atrae. Somos impulsados ​​por nuestro propio sufrimiento y por el sufrimiento que vemos en el mundo que nos rodea, nos atrae la intuición de que hay algo más grande y más verdadero que nuestras formas egoístas ordinarias de vivir la vida. Nuestra tradición nos dice que sí, que podemos comprender esto, y que hay maneras de hacer de esta intuición no solo una cuestión de azar, sino algo inmediato y sistemáticamente presente. Es posible estar disponibles, a cualquier hora del día, a la gracia a la que aspiramos y difundir esta gracia en el mundo que nos rodea.
Deberíamos entonces detenernos un poco en lo que estamos hablando. El término “iluminación” se utiliza para traducir un conjunto existente de palabras en varias lenguas asiáticas, que, aunque cercanas, no son exactamente idénticas. Fundamentalmente, la iluminación se refiere a la palabra Pali y sánscrita bodhi, que significa literalmente “despertar”.
La palabra “iluminación” tiene un carácter absoluto, como si describiera un estado estable, algo que no está sujeto al tiempo ni al espacio ni a los acontecimientos de la vida humana. Imaginamos que una vez que cruzas este umbral, no hay vuelta atrás. En términos budistas, ver las cosas como realmente son, es iluminación, y nuestra experiencia de cómo son realmente las cosas, también es iluminación (la misma). Es la naturaleza vasta y grandiosa del Universo mismo, y es la forma en que cada uno de nosotros piensa, siente y actúa cuando somos conscientes de esta gran iluminación manifestada en nosotros mismos y de la cual participamos No cambia nuestra manera ordinaria de ser, es más parecido al proceso de vivir en dos dimensiones, y añadir una tercera. Las fresas todavía saben a fresas, y las palabras duras siempre son difíciles, pero ahora somos conscientes de cómo todo lo interpenetra todo y de que incluso las cosas más difíciles se iluminan desde dentro con la misma luz indivisa.
(…) La iluminación es transpersonal. Para los occidentales en particular, es importante recordar que el despertar es algo diferente a los proyectos de superación personal a los que estamos acostumbrados, no se trata de ser una mejor persona sino de descubrir nuestro verdadero yo, que es totalmente otra cosa. Uno de los misterios de la Vía es que algunas personas pueden parecer tener aperturas espirituales sustanciales y continuar comportándose como idiotas. Esto es importante porque arroja luz sobre la naturaleza de la iluminación: tener una revelación esclarecedora no es lo mismo que ser iluminado; debemos dejar que la iluminación nos impregne y nos coloree en nuestra vida cotidiana. Debemos permitir que la vida nos enseñe cómo encarnar la revelación.
Después de tener esta revelación, algunas personas pueden creer que el despertar es personal cuando en realidad es lo menos personal que les ha sucedido. Y, al mismo tiempo, es lo más verdadero que jamás les haya sucedido. Descubrir cómo estas dos cosas (aparentemente contradictorias) pueden ser verdaderas y sus implicaciones en la forma en que vivimos nuestras vidas, es para lo que existen los caminos hacia el despertar.
Debido a que es transpersonal, la iluminación no es algo que se pueda obtener, ni lograr, como una habilidad o conocimiento, para ser explotado por el ego. En algunas tradiciones budistas, la iluminación se considera como una especie de propiedad fundamental del Universo, un vasto principio unificador que se manifiesta en una variedad casi infinita de formas. La iluminación es autónoma, existe antes de que haya habido seres humanos, o cualquier otra forma de vida, para experimentarla.
(…) Mucho se ha dicho sobre el camino hacia el despertar, incluidas las prácticas que nos muestran nuestros hábitos de exilio y cómo nuestra práctica puede despojarnos de estos hábitos hacia una vida más amplia y más generosa. Solo voy a mencionar algo que se relaciona con la práctica cotidiana de la iluminación. Especialmente al principio, la mayoría de nosotros todavía somos muy egocéntricos, es decir, creemos en la realidad absoluta del yo y la primacía de sus preocupaciones y reacciones. Uno de los resultados desconcertantes es que estamos aquí, con la esperanza de un acontecimiento que, por su naturaleza, no tiene precedentes, y creemos que sabemos cómo hacerlo realidad. Intentamos controlar el proceso y creemos que podemos encontrar nuestro camino hacia la iluminación a través de la voluntad.
La disciplina y la perseverancia son necesarias en este camino, pero están al servicio de algo más útil que la certeza, el control y la voluntad. Están al servicio de la disponibilidad. Pase lo que pase, solo tienes que seguir practicando: sentarte y meditar, participar en un retiro, absorber las enseñanzas, enfrentarte al miedo, sentir el dolor, soportar el aburrimiento, permanecer abierto a lo que te molesta y también, al dolor de las rodillas.
Solo mantente presente con una mente abierta y un corazón completo. Deja que tu atención se despoje de los hábitos del exilio hacia la promesa del verdadero hogar, naturalmente. Permanece incondicionalmente disponible y ten confianza en que la iluminación te encontrará.”
Referencias

domingo, 29 de enero de 2017

Ven. Ancestras en tiempos de Buda

Yasodhara, introducción
Su historia oficial se nos  presenta una y otra vez como la esposa de Siddhartha Gautama  que fue abandonada  junto a su hijo la noche en que, éste,  tomó  la determinación de marcharse para realizar la verdad. En algunas tradiciones budistas apenas se la menciona o bien su presencia se la interpreta bajo  otros nombres.

Con el paso de los años,  los relatos que narran su historia se fueron acumulando uno sobre otro,  como estratos de la corteza bajo la cual están los hechos y formas verídicas. Cada nueva transcripción o texto está influenciado por la  visión particular del autor, las características  culturales, políticas, religiosas, propias del lugar geográfico y época.

Más de 500 AC en las tierras al noreste de India y Nepal vivían varías tribus, algunas de ellas eran dominantes en población, riquezas y destrezas bélicas.  Los miembros de la tribu Sakya y Kolyas eran descendientes de los reyes de la India, de origen “místico-divino” pertenecientes a la Dinastía del Sol.  Ambas tribus se habían constituido como estados independientes, a ambos lados del río Rohini. En la margen al norte los Sakyas fundaron la ciudad capital, Kapilavatthu, mientras que en la ribera sur, los Kolyas contaban con dos ciudades: Santhagara y Devadaha.

Los miembros de las familias reales de ambas tribus se casaban entre ellos, debido al sistema imperante de castas y a la necesidad de mantener firmes los  vínculos entre familias reales. Así sucedió con el rey de los Kolyas, Suppabudha quien tomo por esposa a Pamita y Amita, hermanas del rey Sakya llamado Suddhodhana y a su vez, éste tomó por esposas a MahaMaya y MahaPajapati, hermanas ambas de Suppabudha.

Bien se sabe que de la unión entre Suddhodhana y Maya, nació Siddharta Gautama,  por el contrario en los distintos relatos sobre los progenitores de Yasodhara existen  marcadas diferencias. Algunos textos toman como su madre a Pamita, mientras que otros a Amita, en algunos relatos se considera que ésta última fue la madre de Devadatta, esto hace que en esos relatos él y Yasodhara sean primos, mientras que en otros hermanos. Ampliando más los textos consultados se puede encontrar a Yasodhara como hija de Dandapani,  hermano de Suppabudha, por lo cual la convertiría en prima de Devadatta de diferente padre y madre, mientras que en otros textos figura como hija de rey o ministro Mahanama, Ghantacabda o el Sakya Kinkinsvara.

Los hijos e hijas primogénitos de estas familias reales eran los herederos al trono, gozaban de igual jerarquía, y por ello continuaban  la costumbre de celebrar  matrimonio entre ellos.  Esta fue la situación de Yasodhara, perteneciente al clan de los Kolyas y la de su primo, Siddharta Gautama, del clan de los Sakyas.-

En algunos textos se afirma que Yasodhara nació el mismo día que lo hizo Siddhartha Gautama, aún más, se dice que es mismo día nacieron también Canna (escudero de Siddhartha)  Kaludayin (hijo del primer ministro del rey Suddhodhana y amigo de la infancia de Siddhartha), Kanthaka (caballo favorito de Siddhartha), Ananda (primo de Siddharta) y el árbol  Bohi.  Aunque esto no está ampliamente confirmado, sí se encuentra en la mayoría de los textos donde  se describe el matrimonio entre ambos que sucedió cuando cada uno de ellos contaba con la misma edad, dieciséis años, inicio de la adultez, según la tradición de la época. De ello se deduce que ambos nacieron el mismo año, aunque no se pueda afirmar que haya sido el mismo día.

Yasodhara es su nombre más popular y es el mismo que el de su abuela materna. Su significado es “Portadora de la gloria”. No obstante se hace referencia  a la esposa de Siddhartha Gautama y/o el Buda con otros nombres: Gopa, Bimbādevī, Bimbāsundarī, Subhaddakā, Bimbā (Imagen de oro), Bhaddakaccā (la de cuerpo brilloso como oro), Rāhulamātā (la madre de Rāhula). La mayoría de estos nombres se utilizan para describir cualidades de Yasodhara, entre ellas su belleza, inteligencia y sagacidad. Es de destacar que en algunos estudios y comparaciones  realizadas sobre los textos se infiere que si bien Yasodhara fue la esposa principal, Siddhartha tuvo otras esposas como Utpalavarna y Mrigadja adjudicándole a esta  última su capacidad de influir  en la decisión que tomo Siddharta de marcharse en busca de la realización.

Se dice que con la intención apartar al príncipe Sidhartha del mundo de sus pensamientos y la vida religiosa para luego atraerlo y afianzarlo  a ocupaciones propias de un heredero al trono, el rey Suddhodhana junto con otros miembros de la corte idearon un plan. Este  plan se basaba en despertar en el joven príncipe la atracción, el deseo y el amor por una bella joven, enraizándolo así, a los asuntos e intereses de los hombres  y gobernantes.

Suddhodhana pensó que si buscaba una bella y apropiada esposa para su hijo, éste podía no acordar o desobedecerlo  y así frustrar su estrategia, por ello desarrollo la siguiente estrategia. Haría fabricar cintos de adornos preciosos para que sean entregados por Siddhartha a las jóvenes mujeres de la tribu, mientras tanto el joven sería  observado por personas de su confianza quienes estarían atentos a detectar los gestos sensibles del príncipe frente a las muchachas y  aquella frente a la cual Siddhartha demostrase mayor conmoción, a esa propondría por esposa.

Ciento de jóvenes llegaron al palacio para ver al príncipe y recibir de sus manos los obsequios. Se dice que la gracia y belleza de Siddhartha era tal que ellas no podían mirarle directamente a los ojos, agradecían el obsequio con una inclinación y se marchaban. Al final de todas las muchachas y cuando todos los obsequios se habían entregado se encontraba Yasodhara quien mirándolo preguntó por el suyo. Siddhartha respondió que había llegado demasiado tarde pero no se negaría en otorgarle un presente, se quitó un anillo de oro de su dedo y se lo ofreció, Yasodhara respondió que se quedaría a su lado ya que tal vez recibiría un obsequio más, a lo que el príncipe respondió  que le ofrecía su propio collar de perlas y esmeraldas si así lo deseaba, pero Yasodhara se rehusó a ello y se marchó.
Haya sido este el obsequio entregado o las palabras cruzadas entre ambos, o bien de otra forma, se dice que rápidamente estos hechos llegaron a oídos del rey Suddhodhana, quien cuando creyó conveniente, envió a un emisario al reino del rey Suppabudha para solicitar la mano de su hija con el fin de desposarla con el príncipe de los Sakyas. El rey respondió a este pedido diciendo que como era regla general entre los Sakyas para obtener la mano de su hija debía ganar o sobresalir en todas las competencias del torneo marital frente a otros rivales,  demostrando así que era digno para la muchacha. A continuación agregó que habiendo sido criado el príncipe Sakya con tantos cuidados dudaba que fuera capaz de ello, no obstante mantendría su palabra si el príncipe aceptase el desafío.

Se cuenta que cuando Suddhodhana escuchó esta respuesta se sintió desilusionado ya que en el fondo intuía  que la duda planteada por Suppabudha era real. Por varios días una sombra se apoderó de su rostro, Siddhartha preguntó en varias oportunidades qué lo apenaba, y luego de varios intentos el rey le relató la verdad a su hijo. Los relatos narran que se llevó a cabo el torneo, que el mismo Siddhartha solicitó que se diese a conocer la proclamación  que en siete días se realizarían las competencias  y que desafiaba a quien pretendiese la mano de la princesa Yasodhara.

El relato del  torneo marital en el cual compitió y salió vencedor Sidhartha, es todo un hecho histórico que merece su estudio, pero para el presente escrito es suficiente destacar que el joven príncipe acepto cada desafío con la intención de ser el vencedor, no solo bajo la mirada de los jueces o árbitros, del resto de los competidores, de Yasodhara sino que principalmente frente a su padre, el rey Suddhodhana.  A lo largo de la competencia fue el primero en escritura, aritmética, arquería, equitación, espada, lucha y boxeo superando a contrincantes como Nanda, su medio hermano, Ardjuna y a Devadatta.

La joven novia estuvo presente todo el tiempo, adornada con las mejores vestimentas y joyas, junto a su cortejo y su familia ubicada en el mejor lugar, a la vista de todos. Tanto la bella Yasodhara como el amor del rey Suddhodhana fueron los trofeos de esta victoria.  Sin embargo no hay que olvidar que esta sucesión de hechos son aceptados y transitados por Gautama pero fueron planeados por el rey con la intención de retener a su hijo y eludir las predicciones de Ashita, el anciano sabio.-

En algunos textos se encuentran los relatos sobre otras esposas, en particular una llamada Gotami, hija de rey Dandapani, quien acepto desposarse con Siddhartha eligiéndolo entre otros pretendientes que se postulaban. Se dice que el rey Suddhodhana hizo construir un palacio para su hijo y en el cual se aseguró que en cada trayecto de la noche reinase una de sus esposas. En Vishramvan, el palacio, existía un sector donde Yasodhara era la esposa principal y correspondía a la primera parte de la noche, otro sector para la segunda parte de  la noche donde se encontraba su esposa Manodara o Mrigadja y en la última parte de la noche estaban los aposentos de Gotami o Utpalavarna.- Existe mucha confusión sobre este aspecto de la vida de Siddhartha, pero si se sabe que Yasodhara fue su esposa principal, pero no la única.

La historia de Yasodhara continúa, existen pasajes que nos ayudan a construir su vida, entre ellos se destacan: la noche en que Sidhartha abandona el palacio, el reencuentro con Sidhartha cuando regresa como el Buddha, la marcha  de ella junto a Mahapajagotami y el resto de las mujeres del harén para formar la orden de monjas buidstas, su visita a Buddha antes de su propia muerte y su relatos de vidas anteriores junto al Buddha.
Adriana Etsuho

Bibliografía
**Yasodhara, the Wife of the Bodhisattva
By Ranjini Obeyesekere
**Stars at Dawn: Forgotten Stories of Women in the Buddha's Life
By Wendy Garling

sábado, 7 de enero de 2017

Kanthaka, el caballo de la realeza

Según los relatos históricos Kanthaka fue el caballo favorito del príncipe Siddharta, se dice que ambos nacieron el mismo día. 

En los escritos,  Kanthaka hace su aparición durante las competencias que se llevaron a cabo para obtener la mano de la princesa Yasodhara. Se puede leer en algunos de ellos que el caballo fue herido con una flecha pero continúo peleando y junto a su jinete salieron vencedores. 

Más tarde se lo menciona en el momento de la partida del príncipe, junto a su auriga Chandaka (o Channa). Habiéndose adentrado en el bosque Sidartha se despoja de sus pertenencias, corta su cabello y entrega las riendas de Kanthaka a su ayudante para luego alejarse.

El regreso de Chandaka y Kanthaka es un episodio de la vida del Buda Sakyamuni del que no se tiene información precisa, como tantos otros, no obstante se cuenta que Kanthaka murió de tristeza a orillas del río Anoma o al regresar a Kapilavastu.

Se cuenta que Sidartha se despide del caballo con palabras y gestos cariñosos prometiéndole que en su próxima vida estarían juntos.- Según los textos budistas, Kanthaka renació como brahmán,  fue seguidor del Buda Gautama y alcanzó la iluminación.-

En distintas estupas se ha encontrado representaciones de Sidartha y su caballo, la de  Amaravathi es una de ellas.-