Bhadda Kundalakesa
Bhadda nació en Rajagaha, capital del reino de Magadha. Su padre era un hombre rico que cuidaba a su hija con atenta mirada ya que había observado que ésta tenía un espíritu frívolo y apasionado e intuía que ello podía causarle futuros sufrimientos.-
Pero Bhadda, cuando un día vio a un joven a través de una ventana y se enamoró de él, supo sortear las barreras protectoras. Su nombre era Satthuka, quien era llevado para ser ejecutado por su condición de ladrón. El muchacho, a pesar de ser hijo de un brahmán, no había podido evitar ser seducido por el mundo de los deseos materiales.-
Tanto pidió Bhadda por el joven, que su padre sobornó a los guardias y logro que fuese liberado para luego casarlo con su hija.- Cuando Satthuka vio las joyas de su mujer la codicia segó su corazón. En el fondo no dejaba de ser un ladrón, no había cambiado, e ideo un plan para apoderarse de esas joyas que tanto lo atraían.. Bajo el pretexto de que debía cumplir un promesa que había hecho a los dioses por ser liberado, hizo que Bhadda, ataviada con sus mas bellas joyas, lo acompañase hasta el acantilado donde ejecutaban a los ladrones. Una vez allí, intentó quitarle las joyas y arrojarla por el precipicio. Ella, llorando y suplicando, le dijo que todo lo que tenía era de él, pero no la escuchó. Entonces Bhadda se arrodillo ante su marido y le rogó que, antes de morir, la dejara saludarlo por cada uno de los lados, y cuando estuvo a sus espaldas lo empujo al abismo.
Tal fue la sorpresa que se llevó de sí misma por el hecho de haber matado a una persona, aunque fuese en defensa propia, que decidió dejar las pasiones y placeres de los sentidos y se unió a un movimiento religioso conocido como los jainistas.
Como primera penitencia decidió arrancarse cada uno de los cabellos de su cabeza. Con el tiempo éstos volvieron a crecer y esta vez en forma rizada, es por eso que comenzó a ser llamada “Bhadda Kundalakesa”; “Bhadda, la de cabello rizado”.
Luego de un breve período de permanencia en la secta Jain, observó que las enseñanzas que se impartían no lograban satisfacer su corazón, por lo cual se marchó convirtiéndose en una asceta errante.
Así conoció diferentes maestros espirituales, adquiriendo destreza en las escrituras sagradas y llegando a ser, después de cincuenta años, una excelente contrincante en los debates referidos a religión y filosofía.-
Cuando llegaba a una ciudad, desafiaba a las personas a debatir levantando un montículo de arena con una rama de manzano en ella. Si la persona aceptaba el desavío debía pisar el montículo y así daba comienzo el debate.
Un día, mientras Buda estaba en Jetavana con sus discípulos, llego Kundalakesa a Savatti y emitió su desafío. Sariputta aceptó y pidió a unos niños que pisaran la arena por él y le llevasen a Bhadda el mensaje de que al día siguiente la esperaba en el monasterio para el debate.
Al día siguiente Bhadda llegó al lugar con sus seguidores y demás espectadores. Como era costumbre, se sentía confiada de ganar ya que lo lograba siempre. Ella comenzó a preguntar y Sariputta respondió a todas sus preguntas hasta que Kundalakesa no supo qué más preguntar. Entonces Sariputta le hizo la siguiente pregunta “¿Cuál es el Uno?”, Bhadda permaneció en silencio, incapaz de definir qué era sobre lo que estaba preguntando Sariputta. Pensó y no creyó que se trataba de “Dios, Brahmán o Infinito”… “¿Qué era?” se preguntó. Pensó una respuesta, pero no quedó satisfecha con ella y prefirió quedar en silencio, dando por perdido el debate. Si bien había perdido, en su interior estaba complacida ya que había encontrado alguien que señalaba la Naturaleza Verdadera , algo que había estado buscando por largo tiempo.
Entonces, humildemente, le dijo a Sariputta que lo tomaba por su maestro y pidió entrar en la orden monástica, pero él le dijo que no era el maestro y susurrando a su oído le pidió que fuese al monte “Pico de Buitre” ante el Iluminado tal cual como ella se encontraba en ese preciso momento.-
Bhadda, la que se enfrentaba en debates y se sentía segura de ganar siempre, había muerto y alguien nuevo estaba surgiendo dentro de ella. Por primera vez luego de años la calma se adueño de su corazón y observó sus pies, uñas, pelo y bajó al río para bañarse. Más tarde se unió al grupo de monjes que se habían reunido para escuchar a Shakyamuni y, lentamente, se fue acercando desde el fondo como si hubiese un imán que la atraía. La mirada de Buda y la de Bhadda se cruzaron y se reconocieron y ella murmuró “mejor que un millón de conocimientos sobre escrituras es un verso suelto que lleva paz”. Bhadda había despertado, en ese momento Buda le dijo “Ven” tendiéndole la mano y fue aceptada en la orden monástica, y ordenada por el propio Buda. Él la reconoció frente a todos como la monja que más rápidamente había alcanzado el estado de Arhat.
En los versos del Therigatha se pueden leer las palabras con las que ella se expresó para explicar las causas y fenómenos que la llevaron a su experiencia del despertar y la comprensión del Dharma que alcanzó con ello.-
¡Gracias! María Rosa Maldonado
Adriana Etsuho
Adriana Etsuho
Imágen de Etsuho
Escultura encontrada de Bodhisattva que podría represntar
la imagen de Bhadda Kundalakesa