PRIMERA PARTE
El Koshiki es un tipo de ceremonia que surgió a fines del siglo X en el contexto conjunto de las creencias budistas de Tierra Pura y Tendai de Japón. En los siglos siguientes este género se difundió hacia todas las escuelas budistas, rindiendo homenaje a diferentes figuras del budismo.-
La composición Koshiki alcanzó
su punto culmine en el periodo Kamakura con Myoẽ (1173-1232) y Jōkei (1155-1213) como los autores más productivos.
Fueron compuestos más de 400 Koshiki.
Este tipo de ritual que ha ido tomando lugar importante dentro de la
escuela Sōtō Zen desde el tiempo de su fundador Dōgen (1200-1253) hasta la
actualidad. El más antiguo Koshiki es el
Rakan que se convirtió en el modelo para los siguientes Koshiki de la escuela Sōtō.
Durante el periodo Edo se estandarizaron y comenzaron a ser publicados
en ediciones impresas, destacándose el Koshiki compuesto para los
monjes más importantes de la escuela Sōtō Zen, Dōgen y Keizan, denominado Hōom.
Ref. Michaela Mross, Komazawa University “Over one thousand years of Koshiki”
Secc. 34 Room 11-2009 (http://www.meijigakuin.ac.jp/~ascj/2009/abstracts/2009-34.html)
Estas ceremonias son realizadas en ocasiones especiales, con el fin de
alabar, agradecer y expresar la deuda que se tiene para con algunas figuras que pertenecen al budismo.-
El Koshiki Anan y el Anantan son dos rituales realizados exclusivamente
por monjas budistas Sōtō Zen. Una nota interesante acerca de la comunidad Sōtō
Zen es que estos Koshiki no están incluidos en el Zoku Sōtōshu Zensho, el texto
que incluye a todos los textos mayores y rituales de la secta Sōtō Zen.
El Anan Koshiki tiene por objeto venerar la figura del monje Ananda,
quien fuera discípulo y primo del Buda Sakyamuni. En este ritual se destaca el
agradecimiento, por parte de las monjas budistas hacia él, debido a su
compasión manifestada cuando intercedió e insistió ante Sakyamuni para que las
mujeres sean aceptadas en la orden budista.
Históricamente la primera mención de esta ceremonia se encuentra en las
notas de Fa-Hsien que había visto monjas indias llevando a cabo una ceremonia a
Ananda. En lo referente a Japón, se tiene registro de la presencia del Koshiki
Anan en el Koshiki Shiza de Myoē Shōnin
(1173-1289) en el templo de mujeres Zenmyō-ji y Kōzan-ji, y en particular por
la acción de la monja budista Kankō-ni (de Nogoya) quien fuera la maestra de
Mizuno Jōrin, la principal fundadora del convento Aichi Senmon Nisōdo de Nogoya,
Japón. Actualmente el ritual completo se lleva a cabo cada seis u ocho años, no
obstante el Anantan, que es un Koshiki más corto que se realiza posteriormente del Anan, es ejecutado el séptimo día de cada mes.
La revitalización de este ritual por parte de las monjas Sōtō Zen puede ser visto como un acto que comenzó junto con el movimiento de lucha y conquista de su igualdad dentro de la organización administrativa de su secta, la Sōtōshu, ya que en este ritual se
autoriza a las monjas a solicitar que se practiquen las virtudes budistas por
encima del sexismo.
Su legitimidad y validez como parte de la comunidad budista yace en la determinación del Buda Sakyamuni de permitir su incorporación a la orden monástica, luego del insistente pedido del monje Ananda y en las palabras proclamadas por el Venerable donde disipa todas dudas con respecto a la posibilidad por parte de todas las mujeres de alcanzar la iluminación.
No obstante y más allá del efecto externo, la ejecución del ritual permite a las monjas budistas experimentar en mente y cuerpo la percepción de pertenencia a una larga lista de mujeres comprometidas a seguir las enseñanzas y objetivos señalados por el Buda y contribuye a que las mujeres laicas presentes reformulen el significado y contenido de ser mujer budista.-
No obstante y más allá del efecto externo, la ejecución del ritual permite a las monjas budistas experimentar en mente y cuerpo la percepción de pertenencia a una larga lista de mujeres comprometidas a seguir las enseñanzas y objetivos señalados por el Buda y contribuye a que las mujeres laicas presentes reformulen el significado y contenido de ser mujer budista.-
En general realza en todos los presentes la gratitud, el respeto, la
compasión, la capacidad de otorgar méritos a otros, el poder de la palabra, el
valor de conmemoración y que la vida monástica es completamente natural.
Revelando todo esto que la facultad o autoridad del Zen no está en uno mismo
sino en la comunidad.
Ref.
Zen Ritual: Studies of Zen Theory in Practice by Steven Heine and Dale S. Wright
Cápitulo 6
“Women and Dōgen: Rituals Actualizing Empowerment and Healing” Paula K. R. Arai
Innovative Buddhist Women: Swimming against the Stream by Karma Lekshe Tsomo
Cápitulo 11 “A case of ritual zen in gratitude to Ananda” Paula K. R. Arai
Cápitulo 11 “A case of ritual zen in gratitude to Ananda” Paula K. R. Arai
“Women
Living Zen: Japanese Soto Buddhist Nuns”
Paula Kane Robinson Arai. Oxford University Press, 1999
Paula Kane Robinson Arai. Oxford University Press, 1999
¡Gracias! Maru Gil
Adriana Etsuho
Adriana Etsuho