Según se relata en el Denkoroku (El acta de la transmisión de la luz) de Keizan Jokin, siendo Ejo monje Tendai, una vez visitó a su madre. Ésta al verlo le dijo:
“Te he dado permiso para convertirte en un monje, no porque quisiera que alcances y te asocies a la clase social alta. No estudies o practiques el camino para tu fama y beneficio personal. Espero que practiques la humildad, vistiendo un kesa negro, llevando un sombrero de bambú a tus espaldas y caminando por tus propios pies”
“Te he dado permiso para convertirte en un monje, no porque quisiera que alcances y te asocies a la clase social alta. No estudies o practiques el camino para tu fama y beneficio personal. Espero que practiques la humildad, vistiendo un kesa negro, llevando un sombrero de bambú a tus espaldas y caminando por tus propios pies”
Al oír esto, Ejo cambió sus vestiduras, y nunca más regreso al monte Hiei. Más tarde se convertiría en discípulo y sucesor del Dharma del maestro Dongen Zenji.
Kyosaku:http://es.wikipedia.org/wiki/Keisaku
Kyosaku:http://es.wikipedia.org/wiki/Keisaku
Decía un Maestro Budista Mahayana...
ResponderEliminarSi uno tiene humildad y buen corazón, ya tiene medio camino hecho.
Un abrazo a todas las mujeres budistas de Argentina.
Un abrazo de luz, desde España-Alicante, para recorrer este camino a las mujeres budistas de Argentina.
ResponderEliminarNora.
Una hermosa página, dentro de una semana recibiré la iniciación a la Práctica de Tara,dentro de la tradición vajrayana. No solo es una meditación muy bella y poderosa sino que es importante para mí esa conexión con el aspecto femenino de Buda representado por Tara.
ResponderEliminarMas adelante escribiré sobre ella, desde ya las invito a mis blogs.
Un abrazo de una mujer budista uruguaya.
Mónica.
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminar